Balenciaga Museoa

El Museo Balenciaga se ubica en un edificio nuevo anexo al Palacio Aldamar, situado en una colina que corona topográficamente Getaria. Este palacio fue la antigua residencia de los marqueses de Casa Torre, mentores de Balenciaga en sus primeros años de carrera.

La concepción volumétrica y estructural del edificio nuevo que se anexiona al Palacio es obra del arquitecto cubano Julián Argilagos. Se trata de una gran volumetría longitudinal, sinusoidal y de sección trapezoidal, cerrada con muro cortina de vidrio. En el interior tres grandes volúmenes suspendidos albergan las salas de exposiciones.
La definición formal final del edificio- fachada frontal y posterior, interiorismo y museografía son obra del equipo AV62arquitectos.
La fachada principal -un plano vertical limpio y oscuro, que se pliega para construir la puerta de acceso al Museo- tiene una clara voluntad de neutralidad para que el palacio conserve su preeminencia representativa.
El tratamiento de los espacios interiores - superficies, materiales, colores y mobiliario-, crean una atmósfera plácida y envolvente, matizando la entrada de luz. El uso del gris oscuro en los paramentos más grandes reduce y hace más humana la percepción de la escala interior del edificio. Los colores brillantes aplicados estratégicamente, diferencian los espacios –recepción, tienda, sala polivalente y cafetería-. Desde el interiorismo se definen los espacios para conseguir ámbitos de uso claro y acogedor. Los volúmenes suspendidos de las salas de exposiciones deben ser totalmente oscuros. Se revisten de una doble piel acabada con una chapa recortada de estampado floral a gran escala que contribuye a darles profundidad y ligereza.

La elección de los maniquíes “ausentes”, la utilización de la iluminación escenográfica y la eliminación de plintos ha creado una atmósfera que envuelve al visitante y singulariza la puesta en escena del Museo Cristóbal Balenciaga.


La exposición permanente se distribuye en 6 salas _ inicios, día, cóctel, noche, novias y Balenciaga esencial-. Las vitrinas crean unos espacios orgánicos, continuos y fluidos, abstractos y neutros, en los que no existe percepción de los límites o del dentro-fuera."

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Hablar sin saber,
Primeros apuntes e impresiones:

A primera vista choca un poco que el anexo (la parte del museo) sea tan distinta a la casa antigua, ya que no parecen estar nada relacionados, ni colores, ni forma. Cuando entras se percibe mas esta relación. La fachada transparente de muros cortina deja ver la casa que inspiro los estampados grabados en las paredes y ademas permite pasar la luz iluminando el espacio central donde están los 3 volúmenes principales.
La planta baja es luminosa y amplísima, aunque tal vez demasiado. No suele estar lleno y eso crea una sensación un poco de vacío. Muy elegantes y correctos los colores escogidos: negro, azulón y verde pistacho para el mobiliario.
Los núcleos de accesos verticales están muy bien distribuidos entre los 3 volúmenes que son los que contienen la exposición. Los volúmenes cuentan con un recorrido limpio y claro, pero carecen de luz natural y la iluminación escogida, aunque dota a la exposición de un carácter propio, no deja ver con mas detalle los vestidos expuestos.

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